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Cuando se acicalan, además de poner en orden sus plumas, los flamencos rosados (Phoenicopterus roseus) se aplican un pigmento a modo de maquillaje que potencia su llamativo color.

El estudio, realizado por científicos del CSIC en los humedales del sur de Andalucía y publicado en la revista Behavioural Ecology and Sociobiology, revela la existencia de pigmentos carotenoides en las secreciones de las glándulas uropigiales que tienen las aves cerca de la base de la cola. Estos pigmentos, de color rojo-anaranjado, son idénticos a los que dan colorido a las plumas.

Los hallazgos no sólo demuestran que los propios animales usan sus secreciones como cosméticos para modificar el color de las plumas. Además, los investigadores han comprobado que la coloración depende de la cantidad de pigmento que aplican. Frotarse les lleva tiempo, y cuanto más frecuentemente lo hacen, más maquillados están. Si dejan de hacerlo, el color de su plumaje se desvanece en pocos días debido a que los carotenoides se blanquean rápidamente a la luz del sol. Los flamencos se aplican estos pigmentos sobre todo cuando se encuentran en grupo, lo que sugiere que juegan un papel importante a la hora de buscar pareja. Además, las aves más coloridas consiguen mejores alimentos y comienzan a criar antes que las más pálidas. Por si esto fuera poco, se ha demostrado que las hembras se maquillan mucho más frecuentemente que los machos, igual que sucede en humanos.

Hasta ahora se pensaba que sólo los chimpancés, los orangutanes y los humanos reconocían su propio reflejo en un espejo y hacen muecas mientras se sitúan delante de él para ver cómo cambia su rostro. Pero un estudio publicado en el último número de la revista PLoS ONE por Luis Populin, profesor de Anatomía en la Universidad de Wisconsin-Madison (EE UU), demuestra que un mono macaco rhesus (Macaca mulatta) también puede hacerlo. Además, el estudio le atribuye a este primate la capacidad de realizar acciones que los científicos sólo pueden esperar de animales que son conscientes de sí mismos.

Populin, que estudia las bases neurales de la percepción y el comportamiento, había colocado implantes de cabeza en dos monos macacos rhesus mientras se prepara para estudiar el trastorno por déficit de atención. Entonces, Abigail Raja, técnico en animales del Programa de Formación en Neurociencia, mencionó que uno de los animales podía reconocerse en un espejo pequeño. «Le dije que la literatura científica decía que no puede hacer esto» dice Populin, «por lo que decidimos hacer un estudio sencillo». Para su satisfacción, resultó que la estudiante de posgrado estaba en lo cierto.

En la prueba estándar de la marca, una marca inofensiva se pone en la cara del animal, que sólo se puede ver en un espejo. Si las miradas de los animales en el espejo le llevan a tocar la marca, se dice que es consciente de sí mismo: se sabe así que el espejo muestra su propio reflejo, no el de otro animal. Los macacos rhesus, un pilar de la investigación médica y psicológica, no pasaban habitualmente la prueba.

Pero en el laboratorio de Populin, los monos con las marcas se miraban claramente. Además, mientras otros macacos interpretan el mono que ven reflejado como un intruso y se comportan con agresividad, estos macacos rhesus se dedicaron a examinar zonas de su cuerpo, especialmente los genitales, que nunca se habían visto antes, colocándose en algunos casos patas arriba. Cuando los investigadores cubrieron el espejo de cristal con plástico negro, estos comportamientos desaparecieron, y los monos ignoraron lo que había sido objeto de fascinación.

La revista Nature publica en su último número la descripción de Concavenator corcovatus, un nuevo dinosaurio carnívoro (terópodo) del Cretácico Inferior (hace unos 125 millones de años) en el yacimiento de Las Hoyas, en Cuenca. Estudiado por investigadores de la UNED y de la UAM, el ejemplar es el esqueleto articulado de dinosaurio más completo de la Península Ibérica, y uno de los mejores conservados de Europa.

“Su joroba es una característica singular desconocida en cualquier otro dinosaurio descubierto hasta ahora. Las dos últimas vértebras por delante de la pelvis proyectan sus espinas neurales sobre el dorso del animal, y configuran una especie de joroba cuya función todavía es desconocida”, subraya Francisco Ortega, autor principal del estudio e investigador en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

El análisis del fósil ha sido laborioso por las fases previas de preparación, que han durado más de dos años. “El aspecto del fósil es impresionante, tanto por su tamaño (seis metros de longitud), como por la excelente conservación de sus restos”, explican los investigadores. Concavenator corcovatus es uno de los grandes depredadores del ecosistema de Las Hoyas. Su nombre significa “el cazador jorobado de Cuenca”. La conservación de los restos fósiles ha permitido al equipo español identificar algunas impresiones de la piel del animal, como escamas en las patas y en la cola. Pero, además, Concavenator guarda otra sorpresa. En muchas aves actuales, el borde posterior de uno de los huesos del antebrazo, la ulna, tiene pequeños bultos que sirven para la inserción de las plumas de mayor tamaño en las alas. Esta característica se había reconocido también en algunos dinosaurios de pequeño tamaño y emparentados con las aves, como Velociraptor.

Concavenator, cuatro veces más grande que Velociraptor, y supuestamente demasiado primitivo para tener plumas, presenta también pequeños bultos en la ulna que indican que este dinosaurio ya tenía estructuras en la piel que constituyen un estadio ancestral de las plumas de las aves”, señala Ortega.

Un grupo de investigadores, liderados por Simon Lee,  han encontrado en un estudio nueve moléculas diferentes en los tejidos de los insectos que eran tóxicas para las bacterias. Estas sustancias podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para infecciones bacterianas resistentes a múltiples fármacos.

PROPIEDADES DESCONOCIDAS

Los investigadores descubrieron que los tejidos del cerebro y el sistema nervioso de los insectos podía eliminar a más del 90% del ‘Staphylococcus aureus’ resistente a la meticilina (SARM) y a la ‘Escherichia coli’, sin dañar a las células humanas. El estudio de las propiedades específicas de las moléculas antibacterianas se encuentra en la actualidad bajo estudio.

«Esperamos que estas moléculas puedan finalmente convertirse en tratamientos para las infecciones de E. coli y SARM que cada vez son más resistentes a los fármacos actuales», apunta Lee. Además, el investigador señala que estos nuevos antibióticos podrían proporcionar alternativas a los fármacos actuales que pueden ser eficaces pero que tienen graves efectos secundarios.

Tambien explica por qué no es sorprendente que los insectos segreguen sus propios antimicrobianos: «los insectos a menudo viven en ambientes insalubres y faltos de higiene en los que se encuentran con muchos tipos diferentes de bacteria. Por ello es lógico que hayan desarrollado vías para protegerse contra estos microorganismos».


Las acacias de Kenia (África) serían derribadas y devoradas sin piedad por los elefantes si no fuera por que cuentan con diminutos aliados: unas hormigas mil millones de veces más pequeñas que los paquidermos que, sin embargo, consiguen asustarlos.

Según revela un estudio publicado en el último número de la revista Current Biology, las columnas de hormigas disuaden a los elefantes introduciéndose en su sensible trompa si se atreven a acercarse a las acacias, que a cambio de protección ofrecen a los insectos refugio y alimento en forma de néctar. «Es una historia de David contra Goliat», explica el biólogo estadounidense Todd Palmer, coautor del trabajo.

Con este hallazgo se confirma que las hormigas tienen un importante impacto sobre el ecosistema de la sabana en la que viven, al proteger a unos árboles que son necesarios para absorber el dióxido de carbono y reducir así la acumulación de gases de efecto invernadero, señala el estudio.

Todd Palmer y su colega Jacob Goheen , de la Universidad de Wyoming, en Estados Unidos, se dieron cuenta durante una investigación en Kenia de que los elefantes se apartaban de una variedad de acacia común en la zona, la Acacia drepanolobium, en la que proliferan estas hormigas, mientras se alimentaban de otras variedades como la Acacia mellifera, su plato preferido, que está libre de estos insectos. Y comprobaron que eran las hormigas -y no el sabor de cada especie- las responsables de estas diferencias. Además, en un experimento a campo abierto, los científicos eliminaron las hormigas de algunas acacias y comprobaron un año después que estos árboles habían sufrido muchos más daños que los demás.

Un detalle curioso es que estos mismos insectos no molestan a las jirafas, que se alimentan sobre todo de hojas de acacia y apartan a las hormigas con su rugosa lengua. La trompa del elefante, sin embargo, es muy sensible a las picaduras de las hormigas y es el auténtico «talón de Aquiles» del animal, según los científicos.

Mucha gente que tiene animales, al llegar el verano abandona en un descampado a sus mascotas,  me pregunto si esta gente puede tener dignidad (no lo creo).

Los animales aunque no lo digan, sienten y padecen, tienen sentimientos que muestran dejandose querer por sus dueños y luego al llegar el verano le meten la apuñalada por la espalda, si no tienen dinero o no pueden mantenerlos, los pueden dejar en un albergue para animales que ya vendra otra persona a cuidarlos, o no comprar ningun animal.

RECUERDA ELLOS NUNCA TE ABANDONARIAN.

Despues esta la gente que los maltrata, o los utiliza para echarlos a pelear con otros animales.

Como nosotros nos enfermamos, ellos al ser seres vivos tambien enferman y mueren,  y muchas veces por culpa de gente bruta, vemos  en algunas ocasiones animales llenos de heridas, con el rabo cortado, cojos……

ELLOS TAMBIEN SE MERECEN QUE SE LES TRATE JUSTAMENTE Y CON DIGNIDAD.